martes, 21 de junio de 2011

EL CONVERSATORIO


HABLAR… OFICIO DEL MAESTRO (FERNANDO VASQUEZ RODRIGUEZ)

EL CONVERSATORIO
(LLUVIA DE IDEAS, TÉCNICA PARA GENERAR MUCHAS IDEAS EN EL GRUPO. REQUIERE DE LA PARTICIPACIÓN ESPONTANEA DE TODOS)
  • §      El conversar provoca en el otro una vuelta, un cambio.
  • §   Un conversatorio es como una enorme carretera repleta de señales de toda índole: ir a la derecha, a la izquierda, etc.
  • §      No debe preocuparnos el tener que cambiar de dirección o el asumir otra ruta o algún desecho que antes nos pareciera intransitable.
  • §  Un conversatorio nos debe hacer mejores conductores de nuestras propias opiniones, nos debe habilitar para sortear los baches, los cambios súbitos de dirección o rumbo.
  • §      En un conversatorio se trata tanto de recibir como de dar la palabra, de hacer circular la palabra.
  • §      Hay que tomar la palabra solo para volverla a soltar.
  • §      Tan importante es hablar como saber callar.
  • §      Reconocer en el otro la capacidad, el valor, el conocimiento para lidiar con uno el mismo toro.
  • §      En un conversatorio lo que prima es la oportunidad.
  • §      Ni todo vale, ni todo puede decirse.
  • §      Importa más lo apropiado de la conversación que la longitud de la misma.
  • §  La oportunidad aparece en tanto unos puede hallar las fisuras y aprovecharlas para entrar en la discusión, para meterse en el juego.
  • §   Lo que pretende el conversatorio es ir armando o componiendo un mapa, una figura, un rompecabezas, un concepto, un escenario.
  • §    La opinión más que un ejercicio de verdad es un ejercicio de validez.
  • § Cuando conversamos cada opinión en principio es válida; no hay ninguna que se pueda desechar o considerar inútil.
  • §  Es al interior del mismo conversatorio en donde puede apreciarse la valía o los pocos quilates de una opinión.
  • § Participar de un conversatorio demanda de nosotros una capacidad o una competencia para convivir con otros ritmos distintos al nuestro.
  • §   Es una tarea de tolerancia y de aceptación de diferencias.
  • § Ponerse a conversar con otro es, ante todo, poder desplazar  nuestro yo, desterritorializarlo, entendernos como seres inconclusos, en continua transformación, en permanente proyecto.
  • §      Esta característica de metamorfosis corresponde a una idea del conocimiento como producto social.
  • §      Gracias a la diferencia me concluyo como identidad.
  • §      Quien empieza un conversatorio no sabe del todo a donde va a llegar.
  • §      Inaugura también un espacio para la sorpresa y por supuesto también para el asombro.
  • §      El asombro que puede darnos una buena conversación depende mucho de que queramos o no dejar la aldea de nuestras certezas para ponerlas en el mundo de la incertidumbre.
  • §      Primero hay que analizar las posibles incertidumbres  que tiene el movimiento de palabra del jugador que nos precede y, a la vez, observar o examinar las consecuencias que traerá nuestra participación, nuestra jugada.
  • §      Se requiere de cierto tacto, astucia “experiencia” para saber cuándo hay que aligerar, editar, ampliar o complementar una u otra participación en un conversatorio.
  • §      La destreza de un conversador depende del tipo de interlocutores con que juegue y del tipo de juegos que frecuente.
  • §      En este juego todos pueden ganar o perder.
  • §      No olvidemos que es un juego en equipo y que dependiendo de la fuerza, el interés, la motivación y las aspiraciones del equipo, así la calidad del resultado.
  • §      Una conversación es un escenario para la permuta.
  • §    Conversar es tanto como cambiar “dar una cosa a otra persona y recibir de ella como consecuencia otra, de la misma o distinta clase, pero no dinero”
  • §   El trueque, la permuta que facilita al conversatorio es tan heterogénea, tan diversa, como son las necesidades de todo ser humano.
  • §   No somos bustos parlantes cuando conversamos, cuentan también nuestra entonación, énfasis, nuestra mirada, (gestos).
  • §     Digamos que nuestro estado de humor contribuye de manera significativa al tono del conversatorio.
  • §   No siempre estamos aptos o dispuestos para conversar, se requiere de cierto espacio, de cierto tiempo: de un ritual que prepare o facilite la circulación  de la palabra.


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