martes, 10 de mayo de 2011

EL MAESTRO....


Según Fernando Savater en la entrevista “Al tablero” nos habla de: “La tarea del maestro es la verdadera preocupación por el otro, que es el más alto nivel de moralidad. El hombre moral es el que se da a la persona. La educación es uno de los símbolos de la preocupación por los demás. Es importante que el maestro tenga vocación y gusto por lo que hace, como también lo es el que sea tratado de acuerdo con el esfuerzo y la dificultad de su tarea. Si comprendemos el término maestro en un sentido más amplio, como el de la persona que enseña a otros, entonces en nuestras sociedades  democráticas todos somos maestros,  unos de otros, para ayudarnos a comprender y a vivir en lo real. Y no es lo mismo ejercer esa función desde la paternidad, desde un papel público, o desde la persona que académicamente tiene que afrontar una clase.”
La lectura de este párrafo me produce mucho entusiasmo y a la vez asombro  cuando lo comparo con mi nuevo plan de vida, el cual desde siempre ha estado implicado mi estilo de vida como Docente. Como dice Fernando “no es lo mismo ejercer esta función desde la persona que académicamente  tiene que afrontar una clase”, como lo que ahora estamos afrontando el grupo de Nivelación Pedagogía Infantil, estas palabras nos hace caer en cuanta que aquí estamos del otro lado y a la vez nos da el impulso de seguir con empeño y dedicación nuestra carrera, a madurar el propósito de continuar educando con buenas bases el futuro de nuestro país. Tendremos que afrontar muchas adversidades, tal vez fracasos como el que nos acompañó en la clase anterior; que nos impulsaran a seguir adelante, vislumbrando un mañana de sueños y de satisfacción por la meta adquirida. A mis amiguitas de curso, nuestra tarea “es darnos a los demás”, es “sentir el gusto por lo que hacemos”, estudiar nos da la posibilidad de crecer profesionalmente y de tener alternativas de peso para valorarnos y para brindarle nuevas oportunidades  a las personas que tenemos a cargo. Estamos comenzando una etapa, adaptándonos al cambio y con la seguridad de tener un buen desempeño al finalizar. Es nuestro tiempo, el tiempo de explotar nuestra experiencia y de demostrarnos lo mucho que podemos llegar a ser. ANGELES!

1 comentario:

  1. un hermoso texto, considero que ser maestro no es un mero acto académico, es un acto de fe, en el otro y en sí mismo, es creer que la posibilidad de un mundo mejor y que se puede contribuir para ello.

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